Los tiburones tigres son emblemáticos en los mares tropicales por ser un gran depredador al tope de la cadena trófica, pudiendo medir unos 6m y pesar 900kg. Un grupo de investigadores acaba de descubrir una nueva función a esos tremendos organismos: el de exploradores marinos.
Científicos que buscaban medir la extensión de las praderas de pastos marinos en las Bahamas, de forma ingeniosa decidieron equipar estos tiburones con cámaras y gps en sus aletas, y así acceder a horas de grabación inéditas hasta el momento. Al explorar el fondo marino en búsqueda de comida, los tiburones tigres pueden recorrer grandes distancias y así ayudar a cartografiar estas extensas praderas, que sin su ayuda, permanecen fuera de la vista del ojo humano.

Las praderas de pasto marino son vastas zonas subacuáticas que ofrecen un hábitat único para diversas especies, como delfines, tiburones y manatíes. Son muy relevantes a nivel ecológico, pero también proporcionan al ser humano una serie de servicios ecosistémicos, como la protección de la costa contra la corriente y la erosión marina o el hábitat adecuado para la pesca de especies comerciales. También se consideran un gran sumidero de carbono, ya que su crecimiento atrapa carbono en sus raíces a través de la reacción de fotosíntesis.
A lo largo de la Gran Barrera de Arrecifes en el Mar Caribe, hay una zona llamada Bahama Banks cubierta por una extensa pradera de pasto marino que cubren según las últimas estimaciones una área comprendida entre 2250 km2 y 6500 km2. Debido a las dificultades para estudiar un área tan extensa, faltan datos sobre la actual extensión de estas praderas, y la cantidad de almacenamiento de carbono de la que son responsables.
La cartografía es muy útil para la gestión y la conservación del ambiente marino. Sin embargo, desde un punto de vista práctico, es muy difícil de manejar. En efecto, ¿cómo se puede cartografiar algo que no se puede ver directamente a simple vista? Todo lo que se encuentra bajo la superficie del agua está prácticamente fuera del alcance del ser humano.
Herramientas como el buceo, las imágenes por satélite, los estudios en barco, entre otros, son algunas de las alternativas que utilizan actualmente los científicos y geógrafos marinos para cartografiar las zonas marinas que estudian y así estimar los lugares donde mayor cantidad de carbono está atrapada. Por lo general, estas técnicas son costosas y requieren mucho tiempo, y el resultado es que sólo se puede cubrir un área reducida de la superficie total que se desea estudiar.
Una forma ingeniosa de solucionar este problema es incluir en el estudio a los animales que viven y se desplazan aleatoriamente por estas zonas, como el tiburón tigre.
Tras combinar diferentes fuentes de datos tales como imágenes por satélite, estimaciones de nichos de modelos, operaciones de buceo ampliadas y las grabaciones de los tiburones tigres, los autores demostraron que la zona llamada “The Bahama Banks” es el mayor ecosistema de praderas submarinas del mundo, con una superficie estimada de al menos 66.900 km2 . Esto amplía la superficie de pastos marinos documentada en un 41% en relación con las estimaciones actuales, alcanzando los 227.287 km2. Demostrando la importancia ecológica que tiene esta región para el planeta como un gran sumidero del exceso de carbono que contribuye a la crisis climática actual.
El trabajo en equipo entre los tiburones tigre y los científicos, ha producido un conjunto de datos único e innovador que ha permitido identificar el mayor ecosistema de praderas marinas de la Tierra en los bancos de las Bahamas. Estos descubrimientos tienen un gran impacto en las estimaciones del almacenamiento global de carbono y también muestran el potencial de los animales altamente móviles como poderosos exploradores de los extensos hábitats oceánicos.
Si quieres revisar el estudio puedes revisar el siguiente link: https://www.nature.com/articles/s41467-022-33926-1#data-availability
