Katherine Silva Acevedo es Ingeniera Acuícola de la Universidad Católica del Norte, y periodista científica. Nacida en Valparaíso, es directora de Acuario Itinerante y secretaria de la Sociedad Chilena de Acuicultura desde 2015. En esta nueva entrevista de “Mujeres de Mar” conocimos sobre el estado de la acuicultura en Chile, el trabajo de Katherine, y como pasó de la ingeniería a la divulgación científica, área donde cuenta con más de 15 años de experiencia.

  • Sus inicios

Katherine cuéntanos ¿qué fue lo que te motivó a estudiar ingeniería en acuicultura?

Desde niña siempre tuve una cercanía grande con el mar, creo que mis padres me motivaron harto en este sentido, fui creciendo ligada al mar y en contacto con la naturaleza. Veía el mar como una gran fuente de vida y con mucho potencial, creo que por eso busqué una carrera a fin y hasta el día de hoy no concibo mi vida lejos del mar.

Aceptaste el desafío de trabajar como periodista siendo ingeniera, ¿Cómo fue tu experiencia?

El desafío fue grande. Buscaban periodista para una revista de acuicultura, y si bien yo no era periodista, me gustaba escribir, tenía información de diversas especies marinas y conocimiento del área acuícola, por lo que postulé con la idea de contribuir con nuevos temas que hasta ese entonces no eran abordados. Se trataba de la Revista Mundo Acuícola, donde finalmente terminé trabajando como editor técnico durante 14 años y hasta el día de hoy sigo colaborando.

Tuve la oportunidad de conocer de cerca el trabajo que se realiza con diversas especies, tanto en etapa de investigación como productiva, participé activamente en diferentes congresos, seminarios, ferias y eventos del área, conocí a muchas personas ligadas a las ciencias del mar. Fue una experiencia enriquecedora y muy entretenida, que finalmente marcó mi carrera profesional.

  • La acuicultura en Chile

Katherine, ¿nos puedes contar brevemente qué tipos de acuicultura hay en Chile? 

La acuicultura es un sector muy importante para el país, Chile es en uno de los principales países productores y exportadores de productos del mar a nivel internacional, y a nivel nacional, la acuicultura es la segunda actividad económica más importante después del cobre.

Las principales actividades acuícolas son la salmonicultura y mitilicultura, somos el segundo productor mundial de salmones y el primer exportador mundial de choritos (y segundo productor mundial).

La salmonicultura es la principal actividad acuícola de Chile (71,6%), seguido por el cultivo de choritos (mitilicultura 26,3%). En Chile, más del 90% de la producción acuícola nacional, se concentra en sólo tres especies: salmón del atlántico (53,5%), chorito (26,3%) y salmón del pacífico (11,9%). Seguido por la trucha arcoíris (6,2%), algas (1,4%), ostión del norte (0,5%), y en menor porcentaje se cultiva abalón, ostras, así como también el desarrollo de nuevas especies para la diversificación acuícola como el cultivo del dorado, corvina, congrio colorado, entre otros. También se desarrolla acuicultura de pequeña escala en las caletas de pescadores artesanales, donde hay experiencias con algunos peces, choritos, ostión, algas, erizos y piure.

¿Qué sientes al ver el desastre que ha causado la salmonicultura en el sur?

Considero que la salmonicultura es una industria que tiene mucho por aprender en el ámbito de la sustentabilidad ambiental. Si bien es una industria altamente regulada, y se ha avanzado mucho en su ordenamiento en los últimos 13 años (post virus ISA), aún queda por avanzar en el ámbito de biorremediación del fondo marino, prevención de escapes de salmones y reducción en el uso de antibióticos, entre otros. Si bien es una industria que genera más de 60.000 empleos y es el segundo sector económico más importante del país, lamentablemente es el medio ambiente el que paga las consecuencias y eso debe mejorar.

  • De la acuicultura a divulgación

En los últimos años te has dedicado al desarrollo del proyecto “Acuario Itinerante” ¿de qué se trata?

El Acuario Itinerante partió en 2016, fue un gran desafío porque es un proyecto bien complejo pero atractivo a la vez. Consiste en llevar animales marinos vivos de la costa de Chile hasta los propios colegios. Montamos acuarios con diferentes variedades de especies de peces, crustáceos, moluscos, equinodermos, algas y también un acuario con basura para concientizar sobre el cuidado del ecosistema marino; agregamos además un módulo de microscopía donde los niños pueden observar muestras de plancton (microalgas y zooplancton). Con todos estos componentes, hacemos clases de ciencias, utilizando el concepto de aula viva, poniendo especial énfasis en llegar con la información adecuada para cada curso, para eso nos basamos en los objetivos de aprendizaje propuestos por el Ministerio de Educación.

Hace un año, en paralelo, comenzamos una línea de investigación científica, junto al Centro de Investigación Marina de Quintay, sacamos una publicación que pretendemos presentar en el próximo Congreso de Ciencias del Mar y en alguna revista científica del área. Actualmente, estamos desarrollando una revista interdisciplinaria de difusión escolar de ciencias que tendrá como alma madre las ciencias del mar, teniendo a los niños como protagonistas, es un hermoso proyecto que esperamos comenzar en marzo 2021.

  • Mujer en el mundo acuícola

En tu experiencia tanto como ingeniera y divulgadora, ¿cómo has vivido la brecha de género?

Fue algo que marcó mi destino profesional, al llegar a vivir a Puerto Montt con mi esposo y mi hija, me di cuenta de que no podía aceptar las ofertas laborales con sistemas de turnos (que era lo más fácil de encontrar para un ing. acuícola), ya que no era compatible mi labor de madre con la labor profesional, lo que me llevó a buscar trabajo en horario de oficina, fue así como llegué finalmente a trabajar a la revista.

Una vez dentro, no tuve problemas de ningún tipo por mi condición de mujer, siempre me he sentido respetada y valorada.

Si pudieras aconsejar a quienes están interesados en iniciar una carrera en ciencias marinas ¿Qué le dirías?

Les diría que el mar es una fuente muy rica de recursos naturales, pero no es una fuente inagotable, los recursos deben cuidarse y protegerse.  En las ciencias del mar queda mucho aún por descubrir, hay mucho que investigar, esta área tiene un tremendo potencial que debemos valorar.

Respecto a la acuicultura, existen pocos cultivos desarrollados, sin embargo, los dos principales ofrecen muchísimas áreas donde desenvolverse, constantemente hay puestos vacantes y te puedes mover buscando un buen desarrollo profesional.  Más del 90% de la acuicultura se desarrolla en el sur del país, por lo que generalmente hay que pensar en migrar hacia el sur para acceder a esas oportunidades, una vez allá, recién te das cuenta que hay un tremendo abanico de posibilidades de trabajo que pueden ser impensadas si no has estado allá. Realmente es una industria muy grande y lamentablemente poco valorada y también desprestigiada, quedan muchas prácticas por mejorar, es necesario que los nuevos profesionales tengan un fuerte componente ambiental, que aporten con soluciones y antes que todo que piensen en la sustentabilidad de los recursos y del medio ambiente.