Se encontró el virus en una de las instalaciones de cultivo que pertenece a la empresa salmonera AquaChile, que tiene una concesión para criar 6,5 millones de salmones en las aguas de la Reserva Nacional Kawésqar.
La Reserva Nacional Kawésqar es una de las áreas protegidas más importantes de Chile, ubicada en la región de Magallanes. Allí conviven una gran variedad de especies marinas y terrestres, muchas de ellas únicas o amenazadas, y el pueblo indígena Kawésqar, que tiene una profunda conexión con el mar y sus recursos.
Sin embargo, esta reserva está siendo amenazada por la presencia y expansión de la industria salmonera, que ha obtenido 127 concesiones acuícolas en el territorio y tramita otras 177 más. Esta actividad implica una serie de impactos negativos para el medio ambiente y las comunidades locales, como la contaminación del agua, el uso excesivo de antibióticos y químicos, el escape masivo de peces no nativos y la vulneración de los derechos indígenas.
Uno de los riesgos más graves que enfrenta esta reserva es el brote del virus ISA (anemia infecciosa del salmón), que fue detectado recientemente en uno de los centros de cultivo de la empresa AquaChile, donde se crían 6,5 millones de salmones. Este virus provoca anemia severa y hemorragias internas en los salmones infectados y puede transmitirse entre ellos o al medio natural.
Ante este escenario, es necesario tomar medidas urgentes para controlar el brote del virus ISA y evitar que se propague a otros centros de cultivo o al entorno natural. Por lo que Sernapesca mandató el pasado 9 de marzo la cosecha total del centro en un plazo de 15 días. Además, generó un dictamen que establece la Zona Infectada en torno al centro Punta Entrada. Conforme a esto, los centros de cultivo que se encuentran en un área de 22 kilómetros alrededor del centro en brote se consideran centros en riesgo, debiendo realizar vigilancia y muestreos quincenales, además de prohibirse la siembra de ejemplares de la especie Salmo salar.
El brote de virus ISA en una salmonera dentro de la reserva es una señal más del peligro que corre este territorio frente a una actividad económica que ha demostrado ser insostenible e irresponsable, y que con este hecho suma otro caso a los accidentes y malas prácticas recientes en la industria salmonera.